El tercer viaje de Francisco Pizarro fue la culminación de una serie de expediciones que lo llevaron a convertirse en uno de los conquistadores más famosos de América. A lo largo de sus tres grandes viajes, Pizarro exploró nuevas tierras, se enfrentó a diversos desafíos y finalmente logró conquistar el poderoso Imperio Inca. En este artículo, analizaremos en detalle cada uno de los tres viajes de Pizarro, desde su aventura inicial en Tierra Firme, hasta la conquista de la ciudad de Cusco y su trágica muerte.
Viaje de Pizarro a Tierra Firme
El tercer viaje de Francisco Pizarro comenzó en 1527, cuando partió desde Panamá rumbo a las costas de Tierra Firme. El objetivo principal de esta expedición era explorar y conquistar nuevas tierras en nombre de la corona española. Pizarro, acompañado por un grupo de aproximadamente cien hombres, navegó por el océano Pacífico y llegó a la desembocadura del río San Juan, en lo que hoy conocemos como Colombia.
Pizarro y su tripulación se adentraron en el territorio de los indígenas llamados los Cofanes, quienes eran conocidos por sus habilidades en la guerra y su resistencia a la conquista europea. Pizarro se encontró con una feroz resistencia por parte de los Cofanes, quienes defendían con valentía su tierra y su cultura. Sin embargo, con el tiempo y con la astucia militar de Pizarro, el conquistador logró someter a los Cofanes y establecer una pequeña base de operaciones en su territorio.
El viaje de Pizarro a Tierra Firme fue una prueba de su liderazgo y habilidades como estratega militar. A pesar de las dificultades y los peligros del territorio desconocido, Pizarro logró mantener la moral de su tropa y avanzar hacia la conquista de nuevas tierras. Su audacia y determinación fueron clave para el éxito de esta primera expedición.
Desafíos y recompensas
Durante su viaje a Tierra Firme, Pizarro y su tripulación se enfrentaron a numerosos desafíos. El clima adverso, las enfermedades y los enfrentamientos con los indígenas fueron solo algunos de los obstáculos que tuvieron que superar en su camino hacia la conquista. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, Pizarro y sus hombres lograron obtener una gran recompensa.
En su exploración de Tierra Firme, Pizarro descubrió la existencia de un fabuloso reino, el Imperio Inca. Las historias y los tesoros que se decían que existían en esa tierra despertaron la ambición de Pizarro y su deseo de conquista. Con esta nueva información, Pizarro regresó a Panamá para solicitar ayuda y prepararse para una nueva expedición que lo llevaría al gran desafío de su vida: la conquista del Imperio Inca.
Conquista del Imperio Inca
El segundo viaje de Pizarro, que comenzó en 1532, marcó el inicio de la conquista del poderoso Imperio Inca. Pizarro y su tropa partieron de Panamá y llegaron a las costas del actual Ecuador, donde se enfrentaron a los incas por primera vez.
En su camino hacia el sur, Pizarro encontró a lo largo de la costa pequeñas tribus indígenas que ya habían sido sometidas por los incas. Estas tribus, resentidas por el poder y la opresión de los incas, se unieron a Pizarro y se convirtieron en sus aliados en la lucha contra el imperio incaico.
Pizarro continuó su avance hacia el sur y finalmente llegó a la ciudad de Cajamarca, donde se encontraba el emperador inca Atahualpa. Pizarro, aprovechando una serie de circunstancias a su favor, logró capturar a Atahualpa y utilizarlo como moneda de cambio para obtener un rescate en oro y plata.
La conquista del Imperio Inca por parte de Pizarro fue una de las hazañas más destacadas de la historia de la conquista española en América. Su astucia militar, el apoyo de los aliados indígenas y su capacidad para explotar las divisiones internas del imperio fueron clave en el éxito de su empresa.
La caída del Imperio Inca
La caída del Imperio Inca fue un evento transformador en la historia de América Latina. La devastación y la pérdida de vidas fueron inmensas, con miles de incas muertos y su imperio destruido. La avanzada tecnología militar y el deseo de riqueza de los españoles fueron factores determinantes en la caída del imperio.
Pizarro y su tropa, con el apoyo de sus aliados indígenas, lograron derrotar a los incas en una serie de batallas. La superioridad tecnológica de los españoles, que contaban con armas de fuego y caballos, fue una ventaja clave en la lucha contra los incas, que no tenían ninguna experiencia previa con estas tecnologías.
La conquista del Imperio Inca por parte de Pizarro fue un hito histórico que marcó el comienzo de una nueva era en América Latina. La llegada de los españoles y la posterior colonización tuvieron un impacto duradero en la región, cambiando no solo la política y la economía, sino también la cultura y la forma de vida de los pueblos indígenas.
Expedición a Cusco y muerte de Pizarro

Después de la conquista del Imperio Inca, Pizarro se enfrentó a nuevos desafíos en la consolidación de su poder y la administración de la nueva colonia. La expedición a la ciudad de Cusco, la antigua capital del imperio incaico, fue uno de los momentos clave en su carrera.
Pizarro y su tropa se dirigieron hacia Cusco en 1533, encontrando en su camino a los últimos remanentes del ejército inca y a aquellos que se opusieron a la conquista española. Sin embargo, la superioridad militar de Pizarro y el temor que había generado en los incas permitieron a su tropa avanzar sin mayores obstáculos.
Una vez en Cusco, Pizarro se encontró con una ciudad en ruinas. Los incas habían sido prácticamente eliminados y los españoles se establecieron como los nuevos gobernantes de la zona. Pizarro declaró oficialmente la fundación de la ciudad de Cusco y estableció una colonia española en lo que había sido la antigua capital.
Sin embargo, la aventura de Pizarro en Cusco tuvo un final trágico. Las tensiones entre los líderes españoles y las disputas por el poder llevaron a una conspiración en su contra. En 1541, un grupo de hombres liderados por Juan de Rada asesinó a Pizarro en su propia residencia en Lima. A pesar de su éxito como conquistador, Pizarro no pudo escapar de las rivalidades y traiciones propias de la época.
Un legado controvertido
El legado de Francisco Pizarro es, sin duda, controvertido. Su conquista del Imperio Inca trajo consigo la destrucción de una gran civilización y la muerte de miles de personas. La brutalidad y la opresión de los españoles, así como la explotación de los recursos y la mano de obra indígena, son aspectos oscuros de su historia.
Sin embargo, también es importante reconocer que Francisco Pizarro fue un hombre de su tiempo, inmerso en la mentalidad de la conquista y la expansión imperial. Su valentía, habilidades militares y determinación fueron fundamentales para el éxito de sus expediciones. El legado de Pizarro, aunque controvertido, es innegable en la historia de América Latina.
Los tres grandes viajes de Francisco Pizarro fueron momentos clave en la historia de la conquista española en América Latina. Su expedición inicial a Tierra Firme, la conquista del Imperio Inca y su expedición a Cusco fueron hitos históricos que marcaron el comienzo de una nueva era en la región. A pesar de las controversias y los aspectos oscuros de su legado, Pizarro dejó una huella imborrable en la historia de América Latina.